4 beneficios de la rosa mosqueta para tu piel

Los beneficiosos que los aceites vegetales aportan al cuidado de la piel son bien conocidos. Estos aceites se han venido empleando desde tiempos ancestrales. Es el caso de la Rosa rubiginosa, de cuyas semillas se obtiene el aceite de rosa mosqueta, empleado en dermocosmética por sus propiedades regeneradoras. ¿Es éste su único beneficio para la piel? ¡No!
Su composición rica en vitaminas, ácidos grasos esenciales y antioxidantes aporta múltiples beneficios:

1. Regenerante. Si por algo es conocido el aceite de rosa mosqueta es por sus propiedades regeneradoras y reparadoras. Estimula la formación de colágeno y elastina, claves en la buena salud de la piel y en su capacidad de regeneración. Por este motivo, se emplea habitualmente para mejorar cicatrices, estrías tempranas, calmar quemaduras e irritaciones y aumentar la elasticidad de la piel. Un truco: añade unas gotas de rosa mosqueta a tu crema anticelulítica habitual, mézclala y aplícatela en la zona. De esta forma potenciarás sus resultados.
2. Antioxidante- El aceite de rosa mosqueta está compuesto por ácidos grasos esenciales (ácido linoleico, linolénico, taninos, flavonoides, betacaroteno y vitaminas A, C y E) que actúan contra los radicales libres, causantes del envejecimiento cutáneo. Este envejecimiento se manifiesta en la piel en forma de arrugas y manchas. La capacidad antioxidante del aceite de rosa mosqueta ayuda a reducir las arrugas y a disimular estas manchas. 
3. Hidratante y emoliente. Los ácidos grasos esenciales dotan de permeabilidad y elasticidad a las membranas celulares. Además, desempeñan un papel fundamental en la formación de ceramidas, esenciales para la el buen funcionamiento de la función barrera de la piel y para prevenir la pérdida de agua, lo cual mejora su hidratación. 
4. Reafirmante. El aceite de rosa mosqueta no solo actúa en las capas exteriores de la piel, también es capaz de revitalizar las células de las capas internas, como los fibroblastos, células productoras de colágeno, elastina y ácido hialurónico, a su vez responsables de la firmeza y elasticidad de la piel. 

 
Sus múltiples beneficios lo convierten en uno de los ingredientes activos más versátiles de la dermocosmética. Se emplea en productos calmantes, hidratantes, antiestrías, antienvejecimiento, regenerantes y reparadores… ¿Conocías todos sus usos?