Maskné. Qué es y cómo podemos tratarlo

Maskné. Qué es y cómo podemos tratarlo
Parabotica
Escrito por: Parabotica
El: 19/10/2020
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Habrás oído recientemente la palabra ‘maskné’. Si la primera vez te quedaste sorprendido y sin saber a qué se refiere, hoy queremos sacarte de dudas y explicarte en qué consiste este fenómeno reciente.

La obligatoriedad de emplear mascarillas en casi todas las situaciones de ámbito público puede tener consecuencias negativas para la piel, sobre todo detrás de las orejas, en la nariz y mejillas, en los labios y en la mitad inferior del rostro. Pero, además, ha surgido un nuevo problema: el maskné, que en resumen es el brote de acné en la piel causado por llevar mascarillas.

Si notas que tu piel está más reactiva que de costumbre o se multiplican tus espinillas y puntos negros desde que usas mascarilla, es posible que seas víctima del maskné.

Este tipo de acné aparece por la fricción del material de la mascarilla en nuestra piel, provocando que se irrite, se obstruyan los poros, se produzca grasa en exceso y se genere la bacteria P. acnes.

En este artículo queremos ver no solo cómo afecta el uso de la mascarilla a nuestra piel, sino sobre todo qué podemos hacer para prevenir y paliar sus daños.

Efectos de las mascarillas en la piel
El efecto oclusivo de la mascarilla hace que la piel no transpire tan bien, por lo que se genera más sudor. Este sudor, al no poder evaporarse, provoca el aumento de la humedad de la piel. A esta humedad debemos sumar la saliva y el calor generado por el aliento. Todo junto crea un caldo de cultivo idóneo para la proliferación de diferentes microorganismos en la piel.
Este es el origen del maskné, que afecta especialmente a las pieles mixtas y grasas.
Además de aplicar productos dermocosméticos que ayuden a mejorar el estado de estas pieles, podemos (y debemos) tomar medidas preventivas.

Prevención de los daños
  1. Elige una mascarilla adecuada a tus necesidades
  2. Airea la zona cada 2 o 3 horas y seca el sudor
  3. Límpiala adecuadamente con productos pocos abrasivos (agua micelar, leche limpiadora o espumas con activos calmantes)
  4. Protege las zonas de mayor fricción con cremas que creen una barrera protectora sobre la piel
  5. Hidrata el resto de la piel con productos ligeros de rápida absorción 30 minutos antes de ponerte la mascarilla

Si a pesar de las medidas de prevención, surgen estos brotes de acné, hay una serie de cuidados que nos ayudarán a mejorar su estado.

Limpieza facial
Como norma general, haremos una limpieza facial profunda que elimine restos de sudor y demás suciedad y ayude a que la piel ‘respire’ mejor. El producto de limpieza facial más adecuado para el maskné es una espuma que arrastre esas impurezas y evite que se acumulen y provoquen la aparición de la bacteria P. acnes.

Algunos activos son especialmente adecuados para esta tarea. El extracto de algodón nórdico, por ejemplo, actúa como calmante general, ideal para este tipo de pieles castigadas.
Otro de los ingredientes más recomendables para lograr una limpieza del rostro es la ramnosa, presente en aguas micelares por su acción hidratante y calmante.
 
Cuidado de los daños
Más allá de la limpieza facial, es muy recomendable que cuidemos esta zona del rostro con cuidados específicos en función de la zona, del tipo de piel y de los daños que haya sufrido.
  • Para ayudar a solucionar el maskné, tras la limpieza facial, aplicaremos un producto que hidrate a la vez que controle la producción de sebo, es decir, nos decantaremos por productos seborreguladores, queratolíticos y controladores de la flora cutánea. El tratamiento se puede completar con una mascarilla que refuerce la acción seborreguladora, clave para controlar el exceso de grasa en la piel, el principal desencadenante de los brotes de acné.

Y no olvides desechar tu mascarilla, o lavarla si es reutilizable, cuando sea necesario.
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