Higiene corporal, un fijo en la rutina de cuidado
Higiene corporal, un fijo en la rutina de cuidado
Parabotica
Escrito por: Parabotica
El: 11/03/2019
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Adoptar una adecuada higiene corporal diaria contribuirá a que la piel de nuestro cuerpo se mantenga sana y ayudaremos a evitar problemas asociados con la falta de higiene.

Cuando hablamos de rutina de cuidado, inconscientemente pensamos en el rostro. Pero una buena rutina no puede olvidar algo tan importante como el cuidado corporal. La piel es el mayor órgano del cuerpo humano y centrarse solo en una parte es un error. Desafortunadamente, esto ocurre con más frecuencia de la deseada. Una de las posibles razones que podría explicar este olvido es la ‘invisibilidad’ de gran parte del cuerpo. Cuando nos vestimos, normalmente ocultamos casi todo nuestro cuerpo a excepción de la cara, manos y, en verano, brazos y piernas, pero el resto del cuerpo permanece oculto bajo capas de ropa.

¿Cómo podemos mantener una adecuada higiene corporal?
Asumida la necesidad de cuidar la piel de forma integral, debemos plantearnos qué tipo de higiene corporal es la más apropiada para nosotros. Es fundamental conocer bien nuestro tipo de piel. Si tenemos la sospecha de sufrir algún problema en la piel, como psoriasis, vitíligo, xerosis…, recomendamos visitar a un profesional para que lo descarte o confirme y nos prescriba el mejor protocolo de higiene corporal y, en su caso, un tratamiento personalizado.

La limpieza es el paso más importante de la higiene corporal. Con ella eliminamos la suciedad y el sudor para mantener la piel limpia y sana. Además, evitamos el mal olor corporal.
Tan nocivo es abusar de las duchas y baños como no hacerlo con la suficiente regularidad. Una excesiva exposición al agua y el contacto con productos de limpieza agresivos puede debilitar la función barrera de la piel y resecarla.
Para todo tipo de pieles, emplearemos un gel de baño que limpie eficazmente y aporte una dosis extra de hidratación. Para pieles sensibles, buscaremos proteger la piel con
activos calmantes y emolientes, como el extracto de avena, el aloe vera y la glicerina.

Como norma general, estos geles deben ser:
  • Respetuosos con la piel
  • Formulados con un pH adecuado para pieles sanas
  • Capaces de reponer lípidos. 
Higiene corporal focal
Algunas zonas requieren cuidados especiales. Las axilas y los pies, por ejemplo, necesitan productos formulados específicamente para controlar el sudor y los malos olores. Un buen desodorante limita la secreción sudorípara y elimina el mal olor durante horas. Sus activos deben ser respetuosos con esa zona de la piel, tan sensible. En cuanto a los pies, un spray antitranspirante específico reduce la transpiración y el mal olor, aporta propiedades hidratantes y suavizantes y protege la zona de forma duradera. Los pies son una de las zonas del cuerpo más castigadas. Es importante recurrir a activos calmantes como el aloe vera, urea, alantoína y el agua de Hamamelis.
 
Hidratación corporal
Tras la limpieza, es el momento idóneo para aplicar productos hidratantes ya que la piel limpia, libre de impurezas, absorbe mejor los activos. La hidratación después del baño o la ducha contribuirá a mantener la piel hidratada y sana.
Adoptar y mantener una adecuada higiene corporal, con productos adaptados a nuestro tipo de piel, debe ser el primer paso de cualquier rutina de cuidado cuyo objetivo sea conseguir una piel sana.
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