Cómo construir la marca propia de tu farmacia

Cómo construir la marca propia de tu farmacia
Parabotica
Escrito por: Parabotica
El: 16/11/2021
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Confundimos negocio con marca. Toda marca es un negocio, pero no todo negocio es marca. En el sector farmacéutico hay muchos negocios, muchas oficinas de farmacia, pero pocas marcas.

¿Cuál es la diferencia básica entre negocio y marca?
El negocio consiste básicamente en vender servicios o productos, sin más. En cambio, la marca va más allá. A diferencia de un negocio, la marca no se centra en lo que ofrecemos; la marca refleja quiénes somos, por qué somos quienes somos, qué nos diferencia de los demás, etc. El negocio no tiene implicaciones emocionales; la marca, sí.

Una farmacia debe aspirar a crear marca, a convertirse en una marca. Algo que ya está asumido en otros sectores económicos, aún cuesta de asimilar en las oficinas de farmacia.

La creación de una marca no es un proceso sencillo, cierto, pero hay unos conceptos básicos e imprescindibles para poder dotar de contenido y significados a nuestra marca que debemos tener en cuenta siempre.

“Empezar a caminar sin saber hacia dónde vas puede hacer que te pierdas”

Una de las fases más importantes de la construcción de marca es conocer el contexto en el que la marca va a competir. Para ello, debemos observar y analizar:
  • El segmento (¿Estamos centrados en dermocosmética o en algún otra categoría?)
  • La competencia (¿Cómo son las farmacias de alrededor? ¿Están especializadas en alguna categoría?)
  • El consumidor (¿Qué perfil o perfiles tiene el cliente de nuestra farmacia? ¿Qué necesidades tiene?)
  • Las tendencias (¿Qué demanda ese cliente? ¿Se lo estamos ofreciendo?)
Tan o más importante es tener claro tanto la realidad de nuestra farmacia y su contexto como el rumbo estratégico que queremos darle.
Tras este análisis, toca crear las bases para construir un concepto que lo arrope. Lo que se conoce como Territorio de Marca.
¿Dónde queremos competir?, ¿qué lugar querremos ocupar en el mercado?, ¿cómo queremos competir?, ¿con qué queremos que se nos asocie/recuerde?

Ejemplos:
  • Precio (somos los más baratos de la zona)
  • Innovación (ofrecemos los productos más innovadores)
  • Natural (vegan friendly, etc.)
  • Cercanía/Familiaridad (trato cordial y familiar)
  • Especializado en un sector de la población en particular: pediatría, mujer, tercera edad…

La elección del territorio condiciona la construcción de la marca. El primer paso de esta fase consiste en definir valores y atributos, es decir, los aspectos emocionales y funcionales de la marca que la hacen única.
Estos valores y atributos condicionan la personalidad de nuestra marca: cómo se va a comportar, a relacionar. Podemos definirla respondiendo a estas cuatro preguntas:
  • Cuáles son nuestros rasgos característicos
  • Cómo nos relacionamos con los demás
  • Cómo actuamos
  • Cómo nos sentimos

Además de la personalidad, es importante definir el mundo de inspiración de la marca, aquello que la inspira y que servirá para crear la parte visual y gráfica. Este mundo debe coincidir también con la identidad de marca, que además de la parte visual comprende la comunicación, el tono, etc.

Siguiente paso: definir los beneficios que aporta nuestra marca:
  • Atributos Funcionales: Las realidades de producto o servicio, aquello tangible que conforma mi oferta: dermocosméticos
  • Beneficios Funcionales: Estos atributos generan unos beneficios al cliente/paciente de la marca: tratan dolencias de la piel
  • Beneficios Emocionales: Los beneficios funcionales crean una respuesta emocional en el consumidor: mejoran la salud y aspecto de SU piel
  • Beneficios Aspiracionales: Son aquellos que generan el deseo por el que consumir esa marca: hacen que se sienta mejor consigo mismo 

Para finalizar, se construye el universo de marca, que nos permite visualizar en imágenes el mundo de nuestra marca: cromáticas, estilos, actitudes, etc. Junto con el Brand Book o Manual de Marca, es la guía de referencia para todos aquellos que trabajen con la marca. Les indicará cómo respetar la identidad.

Con toda esta información, ya podemos empezar a perfilar las líneas gráficas que transmitirán al consumidor todas estas reflexiones estratégicas.

Las marcas deben ser coherentes y consistentes en el tiempo. No pueden cambiar cada dos por tres ni sus valores, ni su misión, ni su imagen… Todo cambio debe surgir de una profunda reflexión que esté motivada y que refleje la realidad de la marca. Así que todo cambio debe estar fundamentado y justificado.

En resumen, los negocios pueden generar dinero a corto plazo, pero a la larga se verán desplazados por aquella competencia que ha sabido convertir su negocio en una marca. Las marcas bien trabajadas llegan a ser reconocidas y, muy importante, recordadas, lo que supone una diferencia fundamental respecto al negocio, un ente sin alma, indiferenciado y perfectamente olvidable y prescindible. 
 
¿Qué habría pasado con estos negocios si nunca hubiesen dado el salto para convertirse en marcas?
¿Os imagináis que Mercadona se llamase Supermercados Juan Roig?
¿O que nuestra marca se hubiese quedado en el nombre de su fundador…?
 
He aquí un ejemplo de creación de marca de una farmacia:



 
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